lunes, 4 de octubre de 2010

Año 0. Día 66

El debut.
Muy buenas, arduos seguidores de nuestras correrías!
Al teclado, de nuevo, el señor Romero, para relatarles lo que fue el esperado debut en la Liga Escocesa de Baloncesto.

El acontecimiento se produjo hace ya diez días, pero os lo cuento ahora, en frío, recordando poco a poco, que sabe mucho mejor.
Y es que es la única forma de que, al contarlo, pueda añadirle un poco de humor al asunto; de haberlo escrito el mismo día del partido, seguramente el texto sería mucho más dramático y colérico!

Viernes 24, 19.00, pabellón deportivo de Musselburgh; comienza uno de los días más, cuanto menos, emocionantes desde que estoy en Edinburgh.
Entro en el pabellón y me encuentro a varios de mis compañeros charlando a las puertas de la pista, la cual está ocupada por...niños!
Les saludo rápidamente y me adentro en la pista. Deben de ser alevines, entre 10 y 11 años, dos partidos simultáneos, los equipos son mixtos, canastas mini....¡cómo mola!
Ya casi se me había olvidado lo que disfruto viendo basket mini, aunque sea como este... equipos sin entrenador, o, con entrenador puesto en el banquillo como un extra de cartón en una peli, sin dirigir, sin animar, sin involucrarse en el partido... niños haciendo toda clase de infracciones bajo el permiso de árbitros que tan sólo están allí para mantener las apariencias... en varias ocasiones tuve que contenerme para no dirigir  a esos mini-scottish...
Lo primero que pensé fue en ir a hablar con Brian Ramsey, el Deme de los Peregrines, y decirle que yo llevaba un equipo de esos...luego pensé que no sería más que complicarme para dejarme una pasta entre transporte, dinero que no me iban a pagar, y el que iba a perder por no trabajar en fines de semana...de modo que no hice nada, solo terminar de ver el 'partido'.

Más tarde nos tocaba a los mayores. Comenzamos en el vestuario con música para la ocasión bastante motivante, con el señor Marcos Hernández (el Juan Ángel escocés) farfullando a voces, y 'eligiendo' equipación. Mi nuevo dorsal fue el 10, que lucía en una camiseta enorme y a todas luces reusadísima, que más tarde tendría que devolver... pensé en hacerme una foto, pero la gente estaba tan concentrada, que no era plan de pedir a nadie que me fotografiara.

Comenzamos. Una rueda nefasta y sin estiramientos... bueno. El equipo contrario tenía toda la pinta de eso, de equipo, y comparado con nosotros, estaban a años luz. Yo ya empezaba a vislumbrar la tragedia, pero preferí dar un voto de confianza a mis compañeros, que empezaron ganando su primer partido una semana antes.
Así, empezó el partido, el que me devolvió a la realidad. Ni en Escocia son tan malos ni en Coslada somos la repera... el otro equipo era un señor equipo, propio de Liga Nacional de Madrid, bien estructurado, con recursos en ataque y muy bien posicionados tácticamente. Nosotros...éramos un equipo de Liga Local con motivados de gimnasio dando hostias y corriendo a lo loco... me sentía como el jugador más tranquilo y pausado del equipo...así que imaginaos.

Primer cuarto y vamos 5-30... nada que decir...nuestro entrenador, que a la vez es jugador, no tiene ni idea de por dónde le vienen o qué hacer. Defendemos en medio campo y atacamos a base de tiros lejanos y movimientos incomprensibles... no hay penetraciones, movimientos sin balón, o un simple contraataque.
Poco a poco, en el banquillo, me doy cuenta de que voy a jugar poco...o nada. Soy el sustituto del mejor del equipo, del Edu Pastor de los Peregrines, un tío maduro que ha jugado en la selección escocesa y que tiene a sus padres en la grada.
Por fin, a falta de un minutillo para el descanso, salgo, debuto, y lo hago más nervioso que nunca... el árbitro me tiene que colocar en el tiro libre...no digo más.
Me toca defender al Isaac Peral del equipo contrario, base veterano, bajito y con mucha visión. Lo primero que hace es dejarme tirado con una puerta atrás y anotar....shit!
Robo una bola y me voy en contraataque, pero el tipo que me la tiene que pasar me la da como si yo fuese Ussain Bolt...fuera...shit!!!!

Descanso...unas palabras de uno de nuestros bases en el vestuario, muy acertadas, no hay nada que hacer, vamos 40 abajo y seguramente ellos lleguen a 120 puntos, aprendamos, calmémonos y usemos este partido en un futuro.
Salimos un poco más enchufados y la sangría para, eso y que el otro equipo daba oportunidades a su segunda unidad.
5ª falta de Obey, salgo a jugar, perfecto. Primera defensa y, tras rebote, provoco una falta. Segunda defensa, me quedo sólo en 2c1 y provoco un error del ataque, good, sigamos así. Ansioso de tener mi primera buena opción en ataque y así estrename en la competición...hasta que...cambio...what!?
Duré dos jugadas en el campo, me cambian y me voy con gesto de duda-ira-impotencia. La gente me ofrece la mano pero paso. Me siento y refunfuño para mis adentros. Para mí el partido se ha acabado, y el baloncesto, y los Peregrines....

Se termina y me voy tras felicitar al contrario. Me ducho a toda leche y me largo. En el bus pienso en pros y contras de seguir en este equipo, y, mientras reflexiono, suben dos compañeros, uno tiene 18 años, es nuestro jugón, otro, 25, es más como yo. 
Hablamos durante todo el trayecto sobre el partido y el equipo, y me ayudan a decidirme.

Finalmente, les he dado otra oportunidad, al fin y al cabo, no podré jugar más, debido a que los partidos coinciden con mi trabajo, pero sí iré a entrenar.
El lunes pasado, en el último entrenamiento, el mister habla conmigo y me 'mima', sabedor de su error el viernes pasado. Me pregunta si jugaré el próximo partido, y se preocupa por mí.

Parece ser que tomé la decisión correcta, no obstante, no me puedo quejar, estoy jugando al baloncesto, hablando inglés y conociendo peña a la vez, no está mal, no!?

Ah ya, que queréis saber cómo fue el resultado final del partido, ¿no?, fijaos en estos tipos cuando lo vieron en el marcador:


Javi.